Por Klaus / Imagen google
Los invitamos al siguiente desafío: Transformarse en "persona positivas” y ser agentes de cambio de uno mismo y de las personas que nos rodean.
En primer lugar, debemos preocuparnos por nosotros mismos y satisfacer nuestros deseos, anhelos y sueños. Pero al mismo tiempo, debemos mirar a los demás y preocuparnos por ellos. Debemos hacer un esfuerzo y abrir nuestra mente hacia el prójimo, conocer sus opiniones, sus sentimientos, las cosas que valoran en la vida. En el fondo dar para luego recibir.
Lo anterior genera un fenómeno de retroalimentación muy rico y satisfactorio. Permite generar confianza y ser valorizado por los demás. Los invitamos, entonces, a este desafío! La psicología positiva nos enseña a valorar la “salud emocional”, en contraposición a poner el énfasis en la existencia o ausencia de una enfermedad o psicopatía. Como una cuestión de énfasis, la psicología positiva se centra en los factores que hacen que una persona se sienta bien o plena. La psicología positiva se focaliza en el estudio de las cualidades esenciales que hacen algo tan sencillo pero complejo a la vez: que una persona se sienta bien o plena con su vida.
Ello tiene además la ventaja de evitar enfermedades o patologías físicas.
Partamos, entonces, por fomentar el “optimismo”; aprendamos a ser optimistas! Evitemos los pensamientos negativos. Las personas podemos ser más felices por la vía de manejar nuestras propias fortalezas internas y proponernos ser felices. Es posible! No esperemos que las motivaciones provengan de nuestro mundo externo; las fortalezas de nuestro mundo interno nos permiten alcanzar importantes grados de satisfacción personal. Asumamos que somos agentes de cambio!
En primer lugar, debemos preocuparnos por nosotros mismos y satisfacer nuestros deseos, anhelos y sueños. Pero al mismo tiempo, debemos mirar a los demás y preocuparnos por ellos. Debemos hacer un esfuerzo y abrir nuestra mente hacia el prójimo, conocer sus opiniones, sus sentimientos, las cosas que valoran en la vida. En el fondo dar para luego recibir.
Lo anterior genera un fenómeno de retroalimentación muy rico y satisfactorio. Permite generar confianza y ser valorizado por los demás. Los invitamos, entonces, a este desafío! La psicología positiva nos enseña a valorar la “salud emocional”, en contraposición a poner el énfasis en la existencia o ausencia de una enfermedad o psicopatía. Como una cuestión de énfasis, la psicología positiva se centra en los factores que hacen que una persona se sienta bien o plena. La psicología positiva se focaliza en el estudio de las cualidades esenciales que hacen algo tan sencillo pero complejo a la vez: que una persona se sienta bien o plena con su vida.
Ello tiene además la ventaja de evitar enfermedades o patologías físicas.
Partamos, entonces, por fomentar el “optimismo”; aprendamos a ser optimistas! Evitemos los pensamientos negativos. Las personas podemos ser más felices por la vía de manejar nuestras propias fortalezas internas y proponernos ser felices. Es posible! No esperemos que las motivaciones provengan de nuestro mundo externo; las fortalezas de nuestro mundo interno nos permiten alcanzar importantes grados de satisfacción personal. Asumamos que somos agentes de cambio!
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